La disminución o la pérdida del olfato es relativamente común, esto se debe a que el nervio olfatorio, se encuentra muy expuesto ya que está en la parte alta e interna de la nariz.
Solo protegido de una delgada capa de tejido (mucosa), por lo tanto las infecciones repetidas, las alergias, los pólipos, el tabaquismo etc., lo pueden lesionar, ya sea parcial o totalmente, causando una pérdida del olfato la mayor parte de las veces irreversible. Esto se debe generalmente a que la inmensa mayoría de las personas en un principio no le dan mucha importancia y dejan pasar el tiempo, provocando lo que en un principio era solo una inflamación al paso del tiempo ( semanas o meses) se convierte en una atrofia del nervio, lo que trae por consecuencia la pérdida del olfato.
"La pérdida del olfato casi siempre va acompañada a pérdida de los sabores, ya que los centros cerebrales de ambas funciones están en el mismo sitio en el cerebro".